Cuántas veces nos hemos puesto al espejo con ganas de romperlo todo a nuestro paso y empezar de cero.
A veces te dan ganas de irte de la ciudad a vivir a otro sitio; donde nadie te conozca, donde escapes de tus miedos, un sitio donde todo sea nuevo para ti; no conozcas a nadie y te vean como una persona nueva a la cual puede sorprenderles con su forma de ser.
Hay personas que se hacen enseguida a los cambios; aunque yo no sea una de esas.
Aunque algunas veces, los cambios suelen ser necesarios porque la rutina aburre y necesitas desconectar un poco de todo.
El cambiar de ambiente, de personas y sobre todo la vista.
A mí no me importaría vivir en un sitio de playa; pero no el Cantábrico sino el mediterráneo o Atlántico.
Un sitio donde haya buen tiempo y que las sandalias sean lo que más tengas que poner porque la temperatura sea cálida y con brisa suave llegada del mar.
Las casas blancas y con los tejados azules, el cielo de su color azul y brillando el sol.
Ahí si que sería feliz, que sólo tuviera que bajar al pueblo a comprar y hacer la comida en mi casa tranquila sin pensar tanto.
Trabajando en una especie de huerto y vendiendo mis productos al mercado de calle.
Sería una buena experiencia, para escapar de la vida de la ciudad.
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