Pequeño relato

Paula se puso a escribir una mañana de primavera; mirando a la ventana donde los árboles estaban florecidos y de colores.
Aunque a muchas personas la primavera le sienta mal, ya que tienen alergias, Paula aunque nunca tuvo a veces si que lo pasa mal cuando va cambiando el tiempo tan rápido día tras día.
Así que los días lluviosos se dedica a quedarse en casa y ponerse a leer que es algo que le relaja y le hace pensar en sus cosas.
Mientras tanto habla de vez en cuando con David un amigo suyo que ahora habla mucho con él; le gusta hablar con él y contarle cosas ya que se conocen desde hace 3 años y se llevan muy bien.
Le gusta mucho estar con él, es moreno de mediana estatura y con ojos marrones oscuros; cuando se ven se pican entre ellos pero hay buen rollo.
A Paula cae muy bien, pasean por la calle juntos, van a dar una vuelta y siempre se preocupan el uno por el otro.
Sabe de sobra que a Paula le encanta escribir y entonces cada año le llega a su piso un paquete con un cuaderno bonito y sus bolígrafos para escribir; sobre todo con dedicatoria.
Pasaron los años, Paula que estaba soltera desde hace 3 años y esté lo sabía un día decidió darle una sorpresa y le pidió salir.
Paula quedó alucinada porque no se lo esperaba; pero decidió darle una oportunidad.
El primer año se fueron los dos a Madrid y en Gran Vía cogieron un hotel donde sólo iban a dormir y a desayunar.
Por las mañanas se iban a pasear y hacían fotos por ahí, comían en algún restaurante barato y se iban al museo Reina Sofía a lo que Paula más le gustaba "el ascensor", ya que desde ahí podías ver Madrid parte de ello y eso le gustaba mucho.
Se iban por el parque a pasear y como hacía buen tiempo se fueron a por un helado.
A la mañana siguiente como ya era domingo y el lunes tenían que madrugar se fueron al tren hacía Zaragoza.
Cuando llegaron a casa, deshicieron las maletas y quedaron con unos amigos a dar una vuelta hasta llegar la noche que se fueron a su casa a descansar.